Vuelvo al dilema de siempre... No sé la razón porque la gente no puede ser cordial y controlarse a sí misma. No digo que no tomen confianza, el problema está en que no saben mantener la confianza lejos del abuso.
Y lo peor es que, prácticamente, de los que te encuentras en el camino, casi todos son de esos. Pero todo me pasa por ser tan comprensivo y paciente; no hay problema, seguiré así, comprendiendo los arranques de los demás.
Yo lo comparé con las experiencias vividas en los transportes públicos, es donde comúnmente se dan esos casos. Estoy seguro de que tú, sí, tu mismo, el que lee, has pasado por algo parecido aunque sea un vez.
PD: La foto fue tomada hace unos dos meses, la capturé mientras esperaba que el bus donde me trasladaría a un pueblo circunvecino de mi localidad arrancase. Muestra a una señora que atiende un puesto de buhonero en un reconocido lugar del centro de mi pueblo.
¿Has tenido alguna vez una experiencia parecida?
Un gran saludo.
2 comentarios:
La gente necesita a veces ser tan escuchada que no sabe donde parar con un desconocido. A mi, al menos, me gusta ser esa desconocida con la que se comunican. Resulta muy entretenido y conoces historias.
La verdad es que yo no tengo la capacidad de ofrecer confianza a la gente de buenas a promeras, así que no suelen molestarme...
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